En la escuela primaria de Izmir en Turquía un adorable gatito pelirrojo se metió en una aula.
Tombi aparece por primera vez en el patio de la escuela siendo muy sociable y bonachón con los niños... La mayoría de gatos callejeros tienen miedo y no son accesibles, pero Tombi era diferente, era muy amigable con los niños, se acercaba a ellos para pedirle una caricia y por supuesto los niños correspondían.
El regresaba cada día a la misma hora, quizá por que le encantaba la atención que los niños le daban hasta que decidió quedarse... Decidió dejar el patio y recibir educación como todos los niños y eligió el salón de clases como su nuevo hogar.
Los niños por su parte eran muy felices con él, la maestra Özlem Pınar Ivaşcu notó un cambio positivo en el comportamiento de sus alumnos, los niños que normalmente eran problemáticos se quedaban sentados y hacían menos ruido para que Tombi estuviera cómodo y pudiera descansar, había menos faltas a la escuela ya que los niños no veían las horas para estar de nuevo con su nuevo amigo ¡No podía ser mejor para Tombi!
Ahora tenía un lugar cálido donde dormir, le daban de comer y era atendido por todos los niños.
Pero esta feliz historia no duró mucho tiempo... Uno de los padres de los niños presentó una denuncia formal contra la escuela ya que según él, el gato podría representar un riesgo para la salud de los niños.
La maestra Özlem encontró un nuevo hogar para Tombi pero el no era feliz... No congenio con el otro gato que ya había en casa y durante 3 días se rehusó a comer, la maestra Özlem decidió llevárselo a su hogar.
Los niños al saber que Tombi estaba tan triste decidieron hacerle dibujos y cartas para animarlo. Finalmente la maestra Özlem decidió compartir la historia de Tombi en las redes sociales y como es de esperar se volvió viral, incluso salió en las noticias los canales de televisión. Esto llamó la atención del director de educación en Izmir.
Tombi fue valorado médicamente para valorar si representaba un riesgo para la salud de los niños, el resultado fue favorable e incluso la postura del padre que levantó la demanda cambio.
Luego de reflexionar pidió que el gato regresara al aula. Las autoridades de la escuela aceptaron y Tombi volvió a estar a cerca de sus niños tan amados.
Los niños no cabían de felicidad de tener de nuevo a su pequeño amigo en el salón de clases, anhelaban este momento y él lo había hecho realidad, Tombi por su parte al llegar al aula volvió a ser el mismo. Los niños le dieron tanta calidez y amor que Tombi ya no fue más un gato de la calle.
LOS ANIMALES ELIGEN A SUS DUEÑOS Y UNA VEZ QUE ELIGEN SIEMPRE PERMANECERÁN LEALES HASTA EL FINAL.