Para muchos padres, la idea de niños y gatos juntos es algo absolutamente natural. Para otros padres, sin embargo, es un pensamiento aterrador que puede hacer que el gato de la familia reciba un boleto de ida al refugio local.
Los niños y los gatos pueden ser compañeros maravillosos el uno para el otro. Mis hijos han tenido las relaciones más amorosas, juguetonas y entrañables con los gatos en nuestras vidas. Sin embargo, estas relaciones no solo sucedieron por accidente. Preparamos, educamos y creamos un entorno seguro para los niños y para los gatos.
Los gatos benefician a los niños.
Los gatos pueden ser una adicción saludable y alegre a cualquier familia, y pueden ayudar a nuestros niños de diversas maneras.
Aquí hay unos ejemplos:
*Cuando los niños se imaginan cómo se siente un gato, puede ayudarles a aprender a identificarse con sus compañeros ya tomar en cuenta sus sentimientos.
*Enseñar a los niños a confiar en sus gatos como si fueran amigos puede ayudarlos a recuperarse de algún acontecimiento traumatico.
*Los niños que poseen gatos pueden tener una mayor autoestima.
*Enseñar a los niños a cuidar de un gatito puede hacerlos más cooperativos y dispuestos a compartir.
*Los niños que crecen con un gato tienen menos probabilidades de desarrollar alergias.
*Los niños que poseen gatos pueden tener menos días de enfermedad.
El efecto calmante de los gatos
Dice Aaron Katcher, MD, profesor emérito de psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania: “Debido a que [los humanos] evolucionaron resolviendo problemas con los animales, los animales tienen el poder de atraer nuestra atención. Y cuando estamos cerca de animales, nos volvemos más alegres, comunicativos, expresivos y tranquilos".